Visita Logroño - La Rioja
Logroño ha sabido conservar con orgullo su pasado histórico sin frenar su desarrollo hacia el futuro. Junto a un recuperado Casco Antiguo, la urbanización reciente está dotada de amplias calles, avenidas, parques y jardines. Además, es una ciudad de grandes servicios y posibilidades para el ocio y el tiempo libre.
Desde 1982 Logroño es capital de la Comunidad Autónoma de La Rioja, la menor de las 17 Autonomías españolas pero situada en uno de los primeros lugares de renta "per cápita" dada su riqueza agrícola e industrial, Limita con el País Vasco al norte, Navarra al noreste, Aragón al sureste, y Castilla y León al oeste y al sur ( Burgos y Soria)
Con unos 160.000 habitantes, acoge a la mitad de la población de La Rioja, Comunidad Autónoma de la que es capital. Situada al norte de España, es punto de encuentro, referencia y cruce de caminos.
La senda más querida de cuantas atraviesan la ciudad es el Camino de Santiago, que ha conducido hasta nuestras tierras a esforzados caminantes de países lejanos que han enriquecido notablemente nuestro acervo cultural e idiosincrasia.
El logroñés es amable, alegre y hospitalario. Disfruta con la fiesta, la gastronomía y las tradiciones. Cualquier visitante se convierte rápidamente en un gran amigo.
En Logroño somos muy conscientes de que la imagen y el dinamismo que es capaz de ofrecer una ciudad al exterior depende en gran medida de las distintas opciones de alojamiento y hospedaje con las que cuenta y la exigencia con la que los profesionales del sector desarrollan su trabajo. El crecimiento de nuestra ciudad está provocando la consolidación de este tipo de establecimiento y la proliferación de otros con capacidad, cada vez más, de ofrecer mejores y más variados servicios. Contamos con una adecuada dotación de plazas hoteleras y las previsiones de crecimiento de una ciudad moderna y emergente como la nuestra avanzan un mayor protagonismo del sector en un breve plazo de tiempo.
Gastronomia
Las calles Laurel y San Juan y alrededores, popularmente conocidas como la Senda de los Elefantes son cita obligada para cualquiera que quiera decir que conoce Logroño. Estas calles representan nuestra más absoluta singularidad y peculiaridad. Supone por tanto una ruta imprescindible para todo aquel que quiera intimar con el más genuino espíritu logroñés.
Calle del Laurel
El bullicio del ambiente y el sinfín de aromas embriagan el espíritu de todo aquel que entra en estas calles. Es lugar de encuentro, de charla, de sonrisas y bromas pero, sobre todo es lugar de excelentes tapas y el mejor vino.
Una especialidad en cada local, nos permitirá realizar un variado recorrido, acompañados como no, por el vino de Rioja. Champiñones, embuchados, pimientos rellenos y otras delicias se combinan con vinos jóvenes, reservas y crianzas en un maridaje extraordinario. Todo en un ambiente alegre y festivo, participando en la más auténtica estampa de la ciudad de Logroño.
Hay diferencias entre los bares. Están los que tienen únicamente la especialidad de la casa y los que ofrecen su tapa típica y otras para elegir. En los primeros sólo has de especificar el número de pinchos que quieres y lo que deseas beber. Por ejemplo, si vas a un bar con especialidad en champis y dos vinos crianzas, pedirás dos y dos crianzas.
Cada bar tiene una especialidad. La tapa o tapas típicas de cada bar las verás escrita en las pizarras o en los carteles exteriores.
Primero se elige el pincho y luego el bar donde más te gusta como lo hacen. La ruta comienza decidiendo qué se quiere comer para después elegir dónde.
Pide vino de crianza. Si pides un vino y no específicas te pondrán el vino cosechero de la casa. Si deseas un crianza debes decir cuál.
Pedimos, comemos, bebemos y nos vamos a otro bar. El tapeo logroñés tiene su propio ritmo. Por eso te recomendamos que tengas cuidado con el vino.
En La Rioja encontrarás actividades para disfrutar del vino que van más allá de degustarlo. Las personas que no beben, incluso los niños, pueden divertirse con el turismo del vino.
Una buena forma de empezar es el Museo de la Cultura del Vino Dinastía Vivanco. Este gran proyecto de una familia de bodegueros riojanos te ofrece la posibilidad de aprender muchísimas curiosidades sobre el vino, de una forma divertida. Este museo acoge también una importante colección de arte relacionada con el vino; que reúne piezas arqueológicas, desde los egipcios hasta modernos Picassos. La visita se completa con la mayor colección de sacacorchos del mundo y un recorrido por la bodega familiar. Este museo cuenta con numerosas actividades, cursos de catas, restaurante, enotienda... incluso columpios para los más pequeños, ¡con forma de uva!
La simple visión del paisaje de viñedos es fantástica, especialmente en otoño, pero si se quiere profundizar un poco más y bajar al terreno, existe la posibilidad de realizar visitas guiadas por los viñedos, con un experto con el que conocer las tareas que se realizan en el campo, las diferentes variedades, como se cuidan estas plantas… También te puedes apuntar al Vinotaller, un curso para principiantes en el que aprenderás todos los secretos de la elaboración del vino y su aplicación en una cata muy divertida.
Si estás interesado en disfrutar del viñedo de otra forma, será perfecta una actividad deportiva entre las viñas. Las hay de todo tipo y tanto para principiantes como para deportistas más en forma. Se puede elegir entre pasear a caballo, recorrer los senderos a pie, en bici, en 4x4 o en quad, surcar el río Ebro en piragua o incluso volar en globo por encima de los viñedos.
Si decides pasar unas vacaciones relajantes o necesitas recuperar fuerzas, debes probar la vinoterapia que los Spas riojanos ofrecen entre sus tratamientos. Basados en los poderes antioxidantes de la uva y el vino; estos masajes únicos, con pepita de uva o pulpa de tempranillo, te harán disfrutar, relajarte y soñar.
Pero con tanta actividad, se te puede olvidar probar el vino y eso en La Rioja es imperdonable. ¿Qué tal un curso de cata? Los hay para principiantes o para expertos. Se realizan en las bodegas, en museos, entre los viñedos, en restaurantes, en bares, en el propio Consejo Regulador de Rioja o incluso en el claustro de algún monasterio.
Otra visita obligada es una bodega, ¡o mejor dos! En La Rioja hay más de 500 bodegas, por ello parece difícil elegir. Unas 50 tienen visitas turísticas organizadas, con horarios fijos. Entre las bodegas riojanas encontrarás bodegas centenarias, modernas bodegas de arquitectura de vanguardia, bodegas con importantes colecciones de arte, bodegas con visita para niños, bodegas de influencia Jacobea en el Camino de Santiago, alguna de las naves de barricas más grandes del mundo y pequeñas bodegas familiares con botellas numeradas y vinos de alta calidad. Se trata de elegir, como en una carta de vinos.
Si lo quieres más fácil, apúntate al Vinobus. Te llevarán cómodamente, acompañado de un guía, a visitar dos bodegas y realizar una visita cultural.
En La Rioja se puede encontrar la pareja perfecta del vino, la estupenda gastronomía de esta tierra, basada en las huertas regadas por sus ríos y en las magníficas carnes que ofrecen los verdes pastos de las sierras.
Tanta actividad merece un descanso. ¿Por qué no dormir en una bodega o en un hotel o casa rural con su propio programa de enoturismo? En La Rioja la hospitalidad está tan ligada al vino como la propia tierra. Dormir en una bodega con los olores de las barricas tan cerca o en antiguas hospederías con larga historia o en pequeñas casas rurales es una satisfacción sólo comparable con una copa de buen vino.